Será por el estilo de la cocina (que me ha traído a la memoria esta otra) y los diferentes tonos de azul que inundan la vivienda, pero este apartamento danés me recuerda -en gran medida- al Mediterráneo. En 90 metros cuadrados, la familia que la habita de alquiler (una estilista, un fotógrafo y dos niños de 6 y 3 años) ha sabido aderezar su estilo nórdico con toques y pinceladas ibicencas. En ambos casos potenciar la entrada de luz natural, que baña cada rincón de cada estancia, es fundamental. También el uso del blanco como fondo sobre el que incorporar otros acentos de color, con predominio del azul. A ello, en esta casa, se han incorporado piezas con sabor y elementos decorativos divertidos y que sorprenden. Muebles traídos de otras partes del mundo tras viajes que han realizado u otros heredados y recuperados. El resultado es, al final, un hogar muy personal que se muestra vivido y que, lejos de pretender la perfección, busca el reconocimiento a lo informal y cotidiano.

¿Os gusta el estilo conseguido en este apartamento? (Vía)

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