
Este es un ejemplo de cómo, en ocasiones, no es necesario modificar la distribución de un espacio para que su look cambie y se renueve por completo. Cuando se aborda un proyecto de decoración puede ser suficiente con un cambio (total o parcial) de piezas o con una actualización de la pintura y algunos elementos que realcen el estilismo del espacio, pero si la racionalización del mismo y sus usos está bien definida desde el principio podemos -y debemos- mantenerla. No siempre es necesario tocar todos palos para mejorar la estética de una estancia. Con el antes y después de este salón y zona de entrada se observa claramente.
Así pues, manteniendo la ubicación de los muebles, se ha enfatizado una paleta cromática en blancos y negros para todo el espacio que crean el fondo perfecto sobre el que hacer resaltar alguna tonalidad más llamativa, como el amarillo del sillón de la zona de estar.
Uno de los cambios esenciales en cuanto al mobiliario es el de la mesa de centro de madera, que se ha sustituido por otra redonda (más sinuosa y femenina) también en color blanco. Esto aporta más luminosidad y sensación de espacio. La atmósfera se abre, se relaja y resulta mucho más ligera y actual.
Sobre esa base cromática sin muchas complicaciones se han incorporado, además, multitud de texturas diferentes que aportan calidez y riqueza visual. Están en textiles (alfombra, cortinas y cojines), en los ladrillos vistos de la zona de la chimenea, la madera de pavimento y muebles o las púas, por ejemplo, del espejo puerco-espín colgado sobre la consola. Esta pieza, además, es un punto focal importante sobre el que se posan los ojos nada más entrar en la vivida, un truco necesario y muy empleado cuando se decora una habitación o una vivienda completa.
De la zona de la entrada se ha retirado la consola gris que había en un principio para colocar, en su lugar, un banco sobre el que descalzarse nada más entrar y potenciar, en esa pared, un conjunto mural que completa el conjunto. La función que aportaba la pieza se ha trasladado, por otro lado, como apoyo en la zona de estar. Eso sí, con un modelo mucho más chic, elegante y contemporáneo.
El remate final lo aporta la puerta de entrada. De un modelo más clásico y desactualizado se ha pasado a otra estilo holandés inspirada en la entrada de un granero.
Del mix de todo esto nace un estilo muy boho, rústico moderno y con un toque californiano. Lugar, por cierto, en el que se encuentra ubicada esta estupenda vivienda. De su remodelación decorativa se ha encargado Sarah Sherman Samuel.
¿Qué os parece el cambio? ¿Os gusta?
11 enero, 2016
Mónica t
wowwwww, menudo cambio! con la misma distribución y elementos parecidos, ha ganado en luz, y parece mucho más grande! además de ser mucho más acogedor y relajado.
Gracias por compartirlo, estos post me encantan! (son un poco como porno decorativo jajajajajaj)
11 enero, 2016
In a trendy town
Ha quedado precioso, es que en todas las casas debería haber plantas, adornar cualquier rincón y dan calidez.
Saludos de http://inatrendytown.com
11 enero, 2016
Rocio Esquilas
Me encanta Bea, el amarillo le da una luz increíble
13 enero, 2016
Cristina
Qué pasada!!! :O
Me encanta…
Me acabo de coger un pisín y ando liadisima con la deco!! busco una alfombra tal cual la del post. Sabeis donde puedo encontrarla? Mil gracias!