Las camas con doseles, ya sean a base de estructura en sí misma o a base de textiles ligeros y vaporosos que se cuelgan directamente del techo y se dejan caer sobre el colchón, me recuerdan e inspiran siempre a esta época del año: el verano. Confieren una atmósfera de lo más mediterránea y bohocon un puntito muy romántico también. Vamos, que estoy segura de que si imagináis como sería el paraíso sus camas llevarían dosel, textiles rodeando (parcial o completamente) el colchón que, además de añadir un toque glamouroso al espacio, enmarcan la cama dándole protagonismo, al margen de hacerla más acogedora y apetecible si cabe.

El dosel nació en Occidente en el siglo XIII. Se concibió como una estructura que apoyaba por las cuatro esquinas de la cama para cerrarse con telas colgando de ella. Con el paso del tiempo estos textiles, además de colocarse de la propia estructura, se empezaron a fijar al techo o a las paredes directamente. Era una forma de independizar la zona de descanso, a la vez que se la protegía de insectos y se la aislaba del frío. Los materiales de la estructura del dosel han ido variando y evolucionando. Los más antiguos eran de madera tallada. Después se incorporaron otros como el hierro o el latón. En la actualidad no es difícil encontrar estas camas con dosel de estructura en todos ellos y otros, como por ejemplo, el bambú. La tipología de los tejidos que se han ido colocando también ha ido evolucionando con el tiempo. Desde seda o brocados con hilos de oro y planta como tendencia en el siglo XV (y también símbolo de estatus social), hasta el lino, la gasa o el algodón de hoy en día. El dosel abarca generalmente todo el largo de la cama, pero también era y es frecuente ver otras dos modalidades: los doseles cónicos y el llamado medio dosel, que sólo rodea la mitad de la cama.

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Actualmente los doseles que más se llevan, si son de estructuras, son los ligeros. Con barras de hierro o armazón de madera. En acabado natural o lacados en blanco o tonalidades grises y humo. Para las telas, apostad por el lino o la gasa. El resultado no podrá ser más evocador y fresco.

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6 Comments

  • 18 agosto, 2017 Responder

    enmanuel

    ¡Realmente inspirador!…yo me decanto por los de estructura de bambu. Feliz finde.

    • 19 agosto, 2017 Responder

      Bea Atienza

      Una de las más exóticas. Cierto.
      Un abrazo!

  • 20 agosto, 2017 Responder

    Ses

    No suelen gustarme las camas con dosel, sobre todo porque las que he visto son muy robustas… pero tu selección es preciosa y me han enamorado. Me has hecho cambiar de idea, he, he.

    • 25 agosto, 2017 Responder

      Bea Atienza

      Y yo que me alegro Ses. 🙂
      Un abrazo.

  • 23 agosto, 2017 Responder

    Marcela

    Hola Beatriz!

    Tu selección me ha encantado, siempre he evadido las camas con dossel porque soy más minimalista, pero estas han dado rienda suelta a mi imaginación.

    Me atrevo a sugerir algo, es preferible que el dossel sea sostenido desde el techo o de madera, para evitar golpes y facilitar el movimiento. Soy estudiante de feng shui así que no me pude detener.

    Saludos desde Ecuador!

    • 25 agosto, 2017 Responder

      Bea Atienza

      Gracias por tu aportación Marcela! Y por pasarte por aquí.
      Un abrazo para Ecuador.

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