¿Cómo de importante consideráis que es la mesa de centro de la zona de estar de un salón? ¿Muy importante? ¿Poco? Lo pregunto porque muchas veces, a la hora de elegir las piezas del mobiliario de esta estancia, se presta mucha atención al sofá, al mueble de TV… y, en cambio menos, a la mesa de centro que (perdonad que os diga), ¡para mi es esencial!

Se trata de ese mueble «humilde», que no suele (y hago hincapié en suele) acaparar el protagonismo del espacio, pero que nos hace un servicio sin igual. O si no, decidme dónde ponéis vosotros los mandos a distancia, los móviles mientras veis una serie o una peli, la taza de café de después de comer… ¡Pues claro! ¡Eso!: en la mesa de centro, la que completa el espacio entre los muebles principales del salón y que, por otro lado, si no reúne las características y condiciones adecuadas puede convertirse más en un estorbo, que en una ayuda o elemento eficaz. Por eso, hoy, me centro en ella, en la mesa de centro, y os cuento en qué debemos fijarnos a la hora de elegir la que pongamos en nuestra casa.

1 | Longitud

La mesa de centro debe ser, por lo menos, la mitad de larga que vuestro sofá y, cómo máximo, sus tres cuartas partes. La escala y la coherencia en dimensión entre las diferentes piezas del salón es la clave de la funcionalidad y el equilibrio visual. Aseguraos de que ambas piezas (sofá y mesa de centro) se entienden estéticamente también entre ellas.

2 | Altura

La mesa de centro no debe exceder en más de 5-10cm de alto -ni por encima, ni por debajo- a la altura del asiento del sofá. De esta manera evitamos el desequilibrio visual de tener la mesa de centro muy por encima o por debajo de éste. Esto, además de no quedar estéticamente equilibrado, resultaría incómodo cuando, estando sentados en el sofá, vayáis a posar o alcanzar cualquier cosa de la mesa.

3 | Distancia mesa – sofá

La distancia entre la mesa de centro y el sofá debe rondar entre los 40-45cm. Es el espacio adecuado para que, por un lado podamos circular sin problemas alrededor de la mesa, pero, por otro, lleguemos a alcanzar las cosas que estén sobre ella estirando tan solo el brazo, al estar sentados en el sofá.

4 | ¿Y de qué forma?

Esto depende de gustos, logicamente, pero también de otros factores sutiles que, a veces, pueden pasarnos desapercibidos. Por ejemplo, si tenéis un sofá largo y/o con un amplio chaise lounge, las mesas de centro rectangulares serán más apropiadas. Os aseguraréis así, de que todos los comensales o invitados que estén en cualquier zona del sofá tengan acceso a una zona de la mesa sin problemas. Si, además, vuestro salón es estrecho y alargado, las rectangulares también son la mejor elección.

Las mesas de centro cuadradas os irán a la perfección si, en cambio, contáis en el salón con una disposición de mobiliario enfrentado, más tradicional. Es decir, sofá a un lado y sillas o butacas a los otros o enfrentados. Aquí, una mesa cuadrada completará el espacio y creará sintonía visual.

Si vivís en una casa pequeña o, sencillamente, vuestro salón lo es, aliaros con las mesas de centro redondas. Visualmente eliminan las esquinas y hacen el espacio mucho más transitable, facilitando la circulación. Además, estéticamente estas mesas funcionan genial si queremos crear la sensación de contar con un rincón agradable, acogedor y más amable.

Y, por último, las mesas de centro ovaladas. Con ellas conseguimos una sensación similar a la que las rectangulares nos ofrecen, sumando a la amabilidad y la calidez de las redondas, más la mejor circulación a su alrededor (ideal, sobre todo, cuando hay niños en casa).

Y vuestras mesas de centro, ¿cómo son? ¿Os parecen útiles estos consejos?

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