
No es este blog muy propenso a mostrar contenidos de bodas de forma habitual. En su momento dediqué un post a detalles decorativos de tendencia para ellas e incluso compartí con vosotros la coqueta oficina de una wedding planner, pero la verdad es que no había dedicado una entrada exclusiva a una boda en concreto. No, hasta ahora. ¿Que qué es lo que me ha hecho romper esta tendencia?… ¡Pues lo mucho que me ha gustado la temática del enlace que vais a ver! Dentro de este inmenso universo, en el que ahora mismo casi todo lo que encontramos son escenarios y motivos vintage o de estilo country en tonos crema y pastel, he descubierto una boda para CUATRO (y lo remarco en mayúsculas porque esto hace que me guste todavía más) que me ha parecido mucho más original -e incluso atrevida, diría yo- que la media.
El estilo que han elegido es a la par sencillo y arriesgado: colores flúor o fosforitos (rosa, amarillo y verde) y formas geométricas para las invitaciones y algunos detalles decorativos. Eso, claro, en un escenario al aire libre entre el campo y la playa. Nada más, ni nada menos. Estos conceptos los han estirado hasta el final y el resultado es este que a mi, personalmente, me he encantado. Y de hecho, pensándolo bien… ¡hasta me sorprende!, porque si alguien me hubiese dicho sin ver estas imágenes que me gustaría una boda en la que el vestido de la novia fuese fucsia y el traje del novio todo blanco… ¡no me lo hubiera creído ni loca! Lo cual, por cierto, me lleva a una aplastante conclusión: al final, como en todo, lo importante es el derroche de personalidad que muestre cada evento y la atmósfera de conjunto que se crea con la suma de todos y cada uno de los elementos que lo componen, no mirados de forma aislada e individual.
¿Que si me gustan los vestidos de novia rosas?… ¡No!
¿Que si me gusta un vestido de novia rosa dentro de una decoración fosforita, original y divertida?… ¡Por supuesto que sí!
Y a vosotros, ¿qué tipo de bodas os gustan? ¿Arriesgaríais con una como esta? (Via)
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