
Haciendo gala de una sencillez máxima se ha levantado este bonito estudio en el que se dedican -por cierto- a diseñar también otros espacios. Es la oficina de Studio Slow, que ya por el nombre anuncia el estilo que les define como creativos e interioristas y que vemos perfectamente en su propia zona de trabajo. Un único espacio amplio y diáfano, abierto, con una base blanca pura, con solo los elementos que son realmente necesarios, piezas icónicas del diseño, materiales naturales como la madera y dos contrapuntos cromáticos claros: la cocina y el paño en el que se ha ubicado el acceso al baño. El resultado: equilibrio, elegancia y serenidad para una atmósfera de trabajo inmejorable, ¿no os parece?
Y a vosotros, ¿trabajáis o os gustaría trabajar en un ambiente así?
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