
¿Os habéis fijado alguna vez en lo sugerente que puede resultar un piano decorativamente hablando? Me parece que es una pieza única y especial. No sólo por el uso en sí que tiene y por ser uno de los instrumentos con más alma (¡que viva la música!), si no también por su estética y la esencia entre romántica y boho que transmite. En su versión de pared (que no de cola, que imprime un carácter mucho más clásico y señorial) crea atmósferas entre desenfadadas e intelectuales. Su forma, su tamaño, su color, textura y acabado… Todo en él me parece pura magia. Por no hablar del mucho jugo extra que da cuando se decora su parte más alta. Hoy os traigo algunos espacios en los que un piano de pared es el gran protagonista. Qué placer tiene que ser poder tocarlo y disfrutarlo integrado en la decoración de casa.
Y vosotros, ¿sabéis tocar y tenéis un piano de pared en casa?
7 diciembre, 2016
Vanesa
Opino lo mismo, un piano visite a una casa de forma elegante. Sobre todo me ha encantado la ultima foto, aunque si pusiera un piano en mi casa es para saberlo tocar yo o mis hijos. Un beso
7 diciembre, 2016
Bea Atienza
Claro. La verdad es que es un instrumento de verdadera gozada.
Un saludo.