En este apartamento ubicado en Gotemburgo, la segunda ciudad más importante de Suecia después de Estocolmo, el más puro estilo escandinavo se ha aderezado con toques de color rosa esparcidos por las diferentes estancias. Fijaos el ambiente tan femenino que pueden llegar a crear unas cuantas pinceladas de esta tonalidad, en combinación con el gris y el blanco de fondo. Me recuerda (aunque la gama cromática era otra) al piso en el que estuvimos en nuestro viaje a Copenhague.

En el salón se apuesta todo al sofá y se incorpora una zona de estudio o despacho que recibe la luz directa que entra por uno de los dos balcones con los que cuenta la vivienda. Esta sala es la más amplia de todas y en ella destaca, también, la tarima de madera natural con sus bonitos nudos decorando que se arrastran, además, a las otras zonas del apartamento. Incluido la cocina, dónde el mobiliario blanco contrasta por un lado con el gris de las paredes y, por otro, con el sobre de madera antigua de la mesa de comedor. Aquí se encuentra el segundo y más pequeño de los dos balcones.

De camino al dormitorio y al baño, me encanta el papel pintado con motivos florales y animales que hace resaltar la zona de la entrada sobre el que (como guinda final del pastel) se ha colgado un espejo vintage con mucha alma. Ya en el cuarto, los cojines y la manta siguen con la línea cromática iniciada en el salón y combinan (¡y qué bien!) con el tono camel de los libros antiguos con los que se ha dado forma al cabecero de la cama. ¡¿No os parece una gran idea?! (Así tengo yo el mío en casa). El baño, por su parte, destaca por su diseño black & white. Pequeño y sencillo se ha proyectado de forma funcional para que cumpla con su cometido. Sin más.

¿Os gusta el apartamento? ¿Qué resaltaríais vosotros de su diseño y decoración? (Vía)

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