Hace unos meses recibí por Facebook una petición de ayuda de Carmen Lasquetty, estilista y decoradora. Había realizado un escaparate para DecorAcción y buscaba alguien con un filtro polarizador para hacerle unas fotos. Ya tenía fotos, pero por su orientación y el tipo de vidrio del escaparate, tenían unos reflejos que las afeaban. Soy aficionado a la fotografía y tenía uno de estos filtros entre mi equipo. Así que, allí que me fui. Era un estilismo elegante y de un gusto exquisito para una platería u orfebrería, pero como pude comprobar, muy complicado a la hora de dejarse fotografiar. Allí estaban los reflejos de la luna de vidrio y del sol que, por la hora, daba de lleno en una de las bandejas, complicándolo todo incluso un poco más.  El filtro polarizador tiene sus límites, así que decidí hacer algo tiempo para que bajase algo el sol y, finalmente, este es el resultado.

(Fotografías Martín Mora)

Y, aprovechando este ejemplo, vamos a profundizar un poco más en el origen de los materiales nobles, sus propiedades, sus características más técnicas (haciendo honor al nombre de la sección) y sus calidades para que, al final, tengamos un buen conocimiento de los mismos de cara a usarlos en decoración. Y sepamos, como Carmen Lasquetty, la mejor manera de usarlos.

Sobre el oro

Su  nombre en latín aurum significa “brillante amanecer”. Es un elemento químico metálico, que por su brillo y, por ser prácticamente inalterable, ha seducido a la humanidad desde tiempos inmemoriales y se ha  convertido en un material codiciado, sinónimo de riqueza, pureza, nobleza y utilizado como moneda. Es un metal blando, dúctil y maleable. Muy fácil de transformar en hilos, láminas y de acuñar en monedas. Por eso una forma de distinguirlo de materiales de aspecto similar, como la pirita, (el llamado el oro de los tontos o de los listos que intentaban hacerlo pasar por oro), era ver si dejaba marca al morderlo.

El pan de oro no es más que una fina lámina oro, de apenas milésimas , que hay que manejar con cuidado porque se deshace y que se ha utilizado para recubrir y darle aspecto dorado a otros materiales base. Con muy poca cantidad de oro podemos recubrir mucha superficie. El falso  pan de oro falso está compuesto de cobre, estaño o zinc, mucho más baratos y más fáciles de manejar, pero se alteran con el tiempo y es necesario aplicarles un barniz para protegerlo.

Mientras que en los diamantes, los quilates representan el peso; en el oro, representan la pureza. El oro puro es de 24 quilates y en función de la proporción de oro de esas 24 partes, tenemos, oro de 18 quilates (que tiene 18 partes de oro y 6 de otros metales), lo  que representa un porcentaje del 75% y se denomina oro de primera ley. También está el de 14 quilates (14 partes de oro y 10 de otros metales) con un 58,33% de oro total y que se denomina oro de segunda ley. El llamado gold-filled o chapado de oro consiste en aplicar por presión y diversos procesos químicos  una o varias  capas de oro sobre un material base, como puede ser el cobre, la plata o el latón.

El bañado en oro, denominado oro alemán o falso oro, se realiza mediante baño electrolítico, sumergiendo el material base en un baño de sales disueltas para después pasarle una corriente eléctrica. El oro por afinidad eléctrica se va depositando sobre el material base. En función del material base, la calidad del oro, el tipo de proceso y el tiempo que lo apliquemos, tenemos distintas calidades comerciales.

Su uso en decoración aporta un toque glamouroso y chic. Introducido en pequeñas dosis eleva la estética de 
cualquier ambiente y realza la sensación de lujo y exclusividad.

Sobre la plata

Es un metal noble, blando (aunque más duro que el oro) y de brillo intenso. Se puede pulir hasta conseguir brillo de espejo. Su nombre en latin argentium significa brillante. Se presenta generalmente en forma de sulfuro de plata y es muy abundante. Esa facilidad para reaccionar y combinarse con azufre, que en el aire se presenta como sulfuro de hidrógeno,  hace que amarillee y ennegrezca con el tiempo. La pureza de la plata se mide en milésimas, 1000 milésimas corresponde a la plata pura. Una plata de ley 925 significa que de mil milésimas, 925 son de plata (92,5%) y el resto de otros metales, generalmente cobre. Ese es el número (sello) que veis troquelado en las piezas de plata.

La plata se ha usado en la antigüedad, por su facilidad para pulirla, en la fabricación de espejos. Y en la actualidad también. Por un proceso químico la plata se deposita sobre la superficie del vidrio y luego se recubre con cobre y con una pintura protectora. La plata alemana o alpaca no tiene nada de plata en su composición. Es una aleación de cobre, níquel y zinc. Se inventó como sustituto de la plata para cuberterías. ¿Y como las distinguimos? Pues sin ser un experto puede ser difícil al principio. Si es plata debería llevar el sello, pero esto es fácil de imitar, puede estar desgastado por el uso o también es posible que en su país de origen no se emplee este sistema de clasificación.

La alpaca tiene un brillo más parecido al acero inoxidable que a la plata, tiene menor densidad que la plata y, además de que la plata es un metal blando del que se necesitaría más cantidad para fabricar la pieza, la alpaca da la sensación de pesar menos de lo que debería si fuera de plata. También podemos poner un cubito de hielo sobre la pieza. Si es de plata, por su gran capacidad para conducir el calor, el cubito se empezará a derretir rápidamente. También podemos utilizar lejía. Si al aplicarla vemos que se oscurece rápidamente, es plata.

Su uso en decoración, en su diversidad de calidades y aplicaciones, es bastante generalizado. La estética 
de la plata potencia las atmósferas más contemporáneas y versátiles a la hora de ser combinadas y decoradas 
con otra gran variedad de materiales y acabados.

Sobre el bronce y latón

Son aleaciones cuyo principal componente es el cobre:

  • Bronce  = cobre (80-98%) + estaño (2-20%)
  • Latón = cobre (50-75%) + zinc (25-50%)
  • Bronce latonado = cobre, estaño y zinc en distintas proporciones

Son aleaciones más duras que el cobre, que permiten ser torneadas y  fabricar piezas mecanizadas. Los encontramos en muchos elementos de decoración, herrajes y también como material base de grifería se croman después. En general, el  bronce por su mayor contenido en cobre, tiene un color más rojizo que el latón,  que tiene un brillo  más amarillento.

Su uso en decoración es tendencia total de los últimos años. Ambos acabados los encontramos en interiores 
de lo más sofisticados a modo de notas y acentos específicos dentro de los diseños. Griferías, luminarias, 
otros elementos decorativos, etc. son habituales encontrarlos ahora en estos dos materiales.

Otro día hablaremos de otros materiales como el acero, los niquelados y los cromados. Mientras tanto, aquí podéis ver el resto de entradas de la sección «Con acento técnico«. Y aprovecho, por cierto, para desearos a todos ¡feliz Navidad y próspero año nuevo! Nos vemos (poniendo siempre el acento en los puntos más técnicos) el año que viene. 😉

Martin Mora Contreras 
Ingeniero de Edificación-Arquitecto Técnico
Especialidad en Gestión de Patrimonio Construido-Facility Manager
Master en Gestión de Proyectos-Project Manager
Master en Dirección de Empresas MBA
Técnico en Diseño Asistido por Ordenador

2 Comments

  • 21 diciembre, 2017 Responder

    deldivel

    Los materiales nobles molan 🙂

    • 21 diciembre, 2017 Responder

      Bea Atienza

      Mucho! 🙂

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