Mis seis rituales para dormir mejor (y más, en verano)

Ahora que aprieta el calor tanto (al menos, aquí, en Madrid) lo de dormir bien y del tirón se convierte en todo un reto. De esos complicados, además. Y para lograrlo, tener las ventanas abiertas de casa no siempre es suficiente. Pero sí hay algunos otros rituales que, al menos a mi, me ayudan bastante. Y no sólo en esta época del año, también en invierno sólo que adaptados a las temperaturas más frías, como es lógico. Son esas pequeñas costumbres o rituales que, seguro, vosotros también tenéis (cada cual las suyas propias) y que dicen tanto de nosotros y de nuestro hogar. A ver si coincidimos en alguna:

Cama hecha y gustosa

Ir a dormir y encontrarte la cama hecha y bonita, te predispone mucho más. Te apetece entrar en ella. Sábanas estiradas, almohadones acolchados y gustosos… puro relax a simple vista. En verano, eso sí, aunque no haya edredón sí me gusta tener la misma percepción y sensación con una colcha fina. En su momento, por cierto, también os hablé sobre cómo vestir la cama según tu estilo. Hoy, por cierto, he recuperado alguna de las fotos que hice de la mía para esa entrada.

Ropa (o no), para estar cómoda

¿Sois de los que lleváis pijama o de los que no? Vaya preguntita íntima, ¿verdad? Empezaré contestándola yo: en invierto sí (calentito) y, en verano, depende. Como mucho alguna camisetilla de tirantes. La cosa es que, sea cómo sea, os sintáis cómodos. Muy cómodos y sin cintas o gomas que os aprieten. Está comprobado que cuanto más ligeros y confortables nos metamos en la cama, más y mejor dormiremos.

Desconecta y desenchufa

Sí o sí, fuera móviles, tablets o pantallas de cualquier tipo. Cuanto más lejos estén de la cama, mejor. Incluso si los dejáis fuera de la habitación, perfecto. Yo casi siempre lo retiro y lo guardo bien lejos. En su lugar, avanzar algunas páginas del libro que estéis leyendo puede ayudaros a activar el modo «sueño». Para mi este punto es mano de santo.

Almohada con aroma

Venden en el mercado (perfumerías, tiendas de belleza…) un montón de aromas para rociar la almohada. El primero que yo tuve me lo regaló mi cuñada y, desde entonces, casi casi me he vuelto adicta a ellos. Los hay de multitud de olores diferentes. A mi me gustan los que son ligeros, nada fuertes, y con un punto floral y fresquito. Sobre todo, ahora, en verano. Os aseguro que tendréis la sensación de que, como en los hoteles, las sábanas se cambian cada día.

Cuidado personal

Este ritual tampoco falla nunca. Cada día, antes de irme a dormir, me limpio e hidrato la cara y me lavo y enjuago los dientes con colutorio. Luego, ya dentro de la propia cama, me hecho cacao en los labios. Es tal ya la costumbre de hacerlo, que el día que (por lo que sea) no puedo, me cuesta mucho más conciliar el sueño. Tiene que ver con la misma sensación de frescura y limpieza que el punto anterior. Sentirse bien ayuda a dormir mucho mejor. En verano, por cierto, lo que tampoco suelo perdonar es una ducha fresquita antes de dormir.

No si la infusión

Y por último, os cuento lo primero que hago cuando arranco el proceso de camino a la cama. Después de cenar me gusta tomarme una infusión. En verano, como ahora, me la tomo en frío. En invierno, en cambio, bien calentita. Suele ser alguna sin teína, ni cafeína de ningún tipo. Me gustan, en general, las de frutos rojos, el poleo-menta, la tila y -para según qué momentos- también la manzanilla.

Y vosotros, ¿qué rituales tenéis que os ayudan a dormir mejor?

P.D. Tips para estar en casa como en la playa (que, casi siempre, es dónde mejor se duerme)