Al margen del escenario que, por supuesto, en este caso ayuda mucho… con una iluminación tenue, cálida e indirecta se puede conseguir la ambientación perfecta para las tardes-noches de verano. La imagen que  hoy comparto con vosotros lo demuestra. Gracias a la luz que emana del los faroles se ha logrado crear un espacio de ensueño, evocador y lleno de encanto que sin duda lograría que nuestros momentos de verano sean más intensos y especiales todavía. ¿Estáis de acuerdo? A mi desde luego me ha inspirado el día. ¡Que paséis un buen fin de semana de verano!

1 Comments

  • 10 agosto, 2014 Responder

    Canela y Naranja

    Ni siquiera necesito saber dónde está para estar segura de que me encantaría ver el atardecer desde ahí. ¡Tiene que ser mágico!

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