Pues a mi, en estas condiciones de trabajo, ¡nada de nada! No me digáis que no es la ofician perfecta para ir a trabajar, ¿eh? ¡Así da gusto! Pasen y vean…
Esta oficina pertenece a una start-up londinense, una de esas empresas pequeñas pero potentes que están tan en auge (algo menos en España) y que hacen mucho para sacarnos a todos del hoyo. Para mi, de hecho, representan el modelo futuro de trabajo. Son pocos empelados, en este caso once, y su valor reside en la forma en la que desarrollan su labor, sea ésta cual sea: lo hacen de una forma cuidada, artesana, seria… y el respeto, bienestar y motivación de sus empleados siempre es lo primero. Todo ello, como veis, queda firmemente representado en el interior de su oficina. En la forma en la que ésta se ha proyectado, en su decoración, en su estilismo…
Sólo con mirar en lo que se ha sabido convertir esta antigua fábrica victoriana situada al Este de la ciudad se comprende que en ella, además de trabajar, uno se divierte. Es creativa, divertida y estimulante para todos los sentidos. ¿Y cuáles son sus ingredientes?: espacios muy amplios, paredes de ladrillo visto, muebles con un toque industrial, cubierta a dos aguas con techos altos de madera, pavimentos con césped y mucho mucho color.
Además, su look está pensado para rendir tributo a los graffiteros que, tradicionalmente, han desarrollado sus llamativos dibujos en la zona en la que la oficina está situada. Por eso se ha buscado que parte del suelo de la misma sea una representación a modo de graffiti de la Tierra. Para el responsable del despacho, Rohan Sinclair, la belleza de nuestro planeta representa todo lo bueno que está por venir y ese concepto lo hemos querido trasladar a todo el espacio.
Y antes de terminar, para hacer hincapié en que oficinas como ésta son -o deberían ser- el futuro modelo laboral de todos, os traslado la forma en que se trabaja en ella en palabras del propio responsable. Aquí van: «El objetivo ha sido dar forma a un ambiente lleno de idas, donde la creatividad corra libremente. Así que, por ejemplo, aquí no tenemos un horario establecido de trabajo. Todos entramos y salimos en función de nuestras necesidades. Uno puede irse de vacaciones cuando quiera o puede quedarse aquí trabajando día y noche. Si es así, siempre hay comida y algo de picar para esos casos. Hay quien se sienta en las pelotas que tenemos o sobre el césped y otros, en cambio, prefieren la silla y el escritorio. Todos creemos y sabemos que somos más productivos desde la libertad y la flexibilidad que ofrece un ambiente de trabajo como este. Nuestro equipo sabe lo que tiene que hacer y a nosotros no nos importa dónde y cuando lo haga, mientras lo haga».
Y así, ¿te molestaría que sonase el despertador? Bueno, en realidad, ¡no haría falta que lo pusieras si a ti no te gusta madrugar! ;P
6 junio, 2013
Veronica
Aqui si que se tiene que trabajar bien!! Un entorno divertido e inspirador!
Besos!
Veronica
6 junio, 2013
Bea Atienza
Totalmente! Seguro que los empleados son eficientes 100% y trabajan muuuuuy felices!
Besos para ti también, Verónica.
8 junio, 2013
banana
Me apunto!. aunque jamás llego a escuchar el despertador, yo soy mañanera, me encanta esta idea. Para los «currantes» como yo… seguro que hasta ampliaríamos el «horario laboral» ..en el buen sentido, sería divertido y en realidad más que un trabajo lo consideraríamos algo divertido y esencial en nuestras vidas.
8 junio, 2013
Bea Atienza
Es verdad. Y, como digo, así debería ser el trabajo del futuro, no? Un abrazo!