
Así es como yo definiría la esencia de este espacio. Un envoltorio absolutamente industrial, propio de una nave antigua de Brooklyn (dónde está), pero completamente dulcificado para acoger a una de las cafeterías y pastelerías de más tirón de la localidad neoyorquina: One Girl Cookies.
Los techos altos, las instalaciones a la vista y la carpintería metálica con aspecto antiguo le da ese toque urbano, de «fábrica», que se mitiga -sobre todo- aplicando una paleta cromática basada en el blanco y azul celeste. Tonos que se arrastran a través de las baldosas hidráulicas del suelo, en detalles como sillas, elementos del mostrador o vajilla y en los dibujos de la pared principal del local. Todo ello se combina con piezas únicas y vintage así como con otros materiales como la madera, que dotan a esta cafetería de un aspecto aún más cálido y acogedor.
¿Qué os ha parecido? Yo, desde luego, me apunto el local para una futura visita a Nueva York. (vía)
27 junio, 2016
andrea -Alquimia Deco-
Simplemente preciosa!, la verdad es que deberían de haber más comercios como este. Estoy segurísima de que entonces habría mucho más «consumismo» y se vendría mucho más. Que pena que nuestra arquitectura no esté tan avanzada como la de ellos. Un espacio mágico. Feliz día!
28 junio, 2016
Bea Atienza
Coincido en que de esa manera, Andrea, todos pasaríamos aún más tiempo en este tipo de locales. 🙂
Un abrazo y feliz día para ti también.