… pero sin la peli, necesariamente. Es lo que tiene adaptar las antiguas butacas de un cine o un teatro como asientos para el salón, el despacho, la cocina o incluso el dormitorio de casa.
Y, por qué no, también para hacer de una peluquería un lugar más llamativo, creativo o distinguido. Inspirador, ¿verdad?
23 febrero, 2013
Atitana
¡me encanta! me parece muy divertido. Me ha gustado
23 febrero, 2013
Bea Atienza
;P
18 diciembre, 2015
Maria
Pienso que es muy original. De vez en cuando hay que romper con algo. Son divertidisimas las butascas de cine