
Este reportaje fotográfico, así como el estilismo y la decó suave y delicada del espacio, me han cautivado. Son el símbolo más claro y representativo de lo que yo entiendo por vida slow en todos los sentidos. Paz, relax, equilibrio, armonía, tranquilidad… Toda una tendencia y una forma de vida que empieza a imponerse con fuerza entre muchas personas (y que yo, personalmente, persigo e intento alcanzar en la medida de lo posible cada día pero que, siendo sincera, no siempre consigo como me gustaría) y que alcanza, no sólo al mundo del estilismo tanto en decoración como en moda -que también-, sino además al sector de la fotografía o al de la gastronomía, por poneros varios ejemplos.
Slow living es mirar a la vida, en todos sus ámbitos, desde otra perspectiva: el de la calma y el reposo. Es ir tranquilo, más despacio… y, con ello, priorizar, valorar y disfrutar más de lo que realmente vale la pena. Hay una revista por excelencia que se diseña y edita bajo estas premisas y para la que, por cierto, se ha realizado (y no me sorprende) este mismo reportaje de un encuentro informal pero lleno entre amigos. Esa es Kinflok Magazine y yo, como seguidora total de la misma, no puedo dejar de recomendárosla. ¡Os gustará!
Y vosotros, ¿también intentáis llevar una vida lo más slow posible?
30 octubre, 2015
La Bici Azul
Me encanta como se lo montan los organizadores de Kinfolk en Portugal. El ambiente mediterráneo que han creado en esta cena es espectacular.