Trabajar en un avión (y no como azafata)

Eso precisamente es lo que hacen los chicos de esta oficina malagueña. Cada mañana vuelan directos a su avión particular de 300 metros cuadrados para ponerse manos a la obra. ¡Qué estimulante tiene que ser currar en espacios así de creativos y bien diseñados! Como ya os confesé en su momento, teniendo una oficina de trabajo así a mi me importaría mucho menos que suene cada mañana el despertador.

El caso es que cada vez son más las empresas (grandes y pequeñas) las que sacan partido a sus espacios para crear ambientes potencialmente más productivos y mágicos para los empleados. Si te gusta el entorno en el que trabajas, disfrutas más estando en él y tu rendimiento laboral aumenta. Es una filosofía de negocio en la que el mundo del interiorismo y la decoración manda y que cada vez se tiene más en cuanta por los beneficios empresariales que genera.

Como es el caso, en este tipo de oficinas no sólo se crean puestos individuales de trabajo, sino también zonas comunes en las que socializarse, descansar, compartir conocimientos o inspirarse. Tras la idea de este diseño en concreto se encuentra la propia directora del negocio, Pilar Ruiz-Rosas, que decidió girar todo el concepto decorativo alrededor de la pieza estrella del diseño: una verdadera escalera de avión, de embarque de pasajeros, de 6000 kilos de peso. Este elemento escultural sorprendente une las dos plantas que tiene la oficina y en las que se «arrastra» el mismo concepto de avión por cada uno de sus rincones. Para ello, el diseño se ha apoyado en una estética absolutamente industrial.

En la planta baja, de 4 metros de altura, todas las instalaciones quedan a la vista. Las vigas de cemento y los paneles verticales de metal reticulado aportan un aspecto que recuerda expresamente a un hangar de aeropuerto donde cada departamento y despacho está, además, numerado. Al subir la escalera se accede a un espacio de trabajo peculiar donde las paredes curvas imitan el fuselaje de los aviones provistos con sus ventanillas. A través de las puertas, también en formato curvo, se accede a los despachos de los trabajadores, ordenados a modo de cabinas de pilotaje: cada una simula ser un centro de mando.

¿Qué os ha parecido la idea del diseño de esta oficina? Conceptos como este los vemos también mucho en espacios de coworking.

P.D. Así se trabaja en un loft.