
Me gusta la madera -mucho en concreto una especie como el abedul-, me gusta la forma de trabajarla a través de lamas contrachapadas y me ha encantado el concepto, distribución y engranaje de esta cocina que específicamente está diseñada a base de este noble material, a su vez producido precisamente de esa manera. Vamos, ¡que esta cocina lo reúne todo! y es un muy buen ejemplo a tener en cuenta cuando tengáis que tomar decisiones a la hora de reformar una. ¿Queréis saber por qué?…
Pues para empezar, porque es diferente. Distinta. Se aleja de los conceptos más tradicionales que nos vienen a la cabeza cuando nos referimos a estas estancias de casa. No tiene azulejos, ni piedras en la encimera, ni materiales sintéticos o plásticos y huye también del mobiliario clásico -tanto en estilo, como en composición- que solemos ver en casi todas las cocinas. Por el contrario, toda ella está diseñada en lo que os decía: madera de abedul contrachapada, más una fina lámina de acero inoxidable sobre la encimera. Todos y cada uno de los muebles que se ven tienen ese color clarito tan típico de esta especie que, en el caso de los frontales y los cajones, se ha tratado con un producto especial para que su aspecto sea más blanquecino. El hecho, además, de que se haya dispuesto a través de lamas contrachapadas consigue que el material sea mucho más flexible, fácil de manipular y, por tanto, de integrar en el diseño general de cualquier proyecto y este en concreto.
Otra de las cosas que más me fascinan de él, del diseño, es la configuración y el tipo de mobiliario que le dan forma. También aportan -y mucho- para que el espacio sea tan singular y único. Los módulos de almacenaje superiores se han suprimido por completo y, en su lugar, un sencillo estante también de abedul recorre todo el perímetro de la cocina dando una sensación de continuidad, unidad y ligereza. Estantería que «se crece» en nivel para rodear/abrazar las ventanas y para ocultar una instalación como la campana extractora, que queda empotrada y esencialmente oculta en una caja desarrollada a medida en esta misma madera.
Por último, pero para nada menos destacable (al menos para mi), es la isla central portátil (del estilo de esta versión DIY) y las luminarias decorativas que complementan todo el conjunto. La primera pieza, al tener ruedas instaladas, se puede mover y desplazar haciendo que la cocina sea aún más práctica, cómoda y útil (otro buen ejemplo de cómo sacar el máximo partido y rendimiento a una cocina). Y las segundas, con esas pantallas clásicas vintage pero totalmente actuales, ponen la guinda a un pastel que no podía ser ya más redondo.
¿Qué os parece? ¿Os gusta esta cocina tanto como a mi?
21 septiembre, 2015
Mónica t
me parece preciosa, cierto es que su diseño no es nada convencional y ya me gusta por ello, pero lo que de verdad me enamora, es el puntito especial de esas pantallas de las lámparas, me parece total!!
Un besote!
21 septiembre, 2015
Bea Atienza
Esas luminarias triunfan!! A mi también me parecen totales Mónica.
Un abrazo.
20 junio, 2017
Diego Ciria
Me parece absolutamente genial. ¿Podría darme el contacto de su carpintero?
Muchas gracias
20 junio, 2017
Bea Atienza
Hola Diego,
Pues no tengo el contacto. Ya me gustaría, 🙂
Un saludo.