
Esta vivienda en Portland, del estudio de Jessica Helgesson, es un ejemplo estupendo de lo mucho que un buen diseño puede conseguir. En este caso se trata de la rehabilitación de un apartamento, estilo loft, en el que se ha estudiado cada detalle para crear un conjunto contemporáneo a medida que habla el mismo lenguaje en cada una de sus estancias. Las claves del proyecto, como podéis ver, son, por un lado, el uso de materiales nobles y puros (ladrillo visto, hormigón y madera) y, por otro, la proyección de muebles y elementos a medida (fregadero, lavabo, estanterías de obra, armarios, etc.) que recorren cada rincón, desde la cocina y el salón, hasta el dormitorio o el baño.
Bajo estas dos premisas, el contraste está asegurado en cada estancia, lo que despierta el gusto instantáneo del que mira. La variedad de texturas y acabados, además de enriquecer la vivienda, se complementan y equilibran entre sí. Por ejemplo, el toque más frío del hormigón se contrarresta con la calidez de la madera. Y así, sucesivamente. A nivel cromático, se deja el protagonismo a las tonalidades esenciales de los propios materiales y se remata con acentos en gris, blanco y rosa muy suave.









¿Adivináis qué detalle me vuelve especialmente loca?… ¡Seguro que sí! El arenero diseñado a medida del miembro gatuno de la familia. Este tipo de detalles es lo que, para mi, hace el diseño tan genial. (Vía)
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