
Un buen día, mi jaula me encontró. Estoy convencida de que no fue por casualidad y creo que -de alguna manera- ella estaba predestinada a vestir uno de los rincones más importantes del salón de mi casa. Ahí es dónde la tengo, dónde ella ha encontrado su sitio, su lugar. Por eso, hoy, os quiero contar su historia. Y qué mejor que hacerlo en la cita mensual que tenemos las bloggers de #WeDeco.
Esta preciosa jaula (me diréis que no…) llegó a mi casa hace poco más de un año. Desde entonces no he dejado de admirarla. Porque me encanta y porque, aunque no haya estado siempre conmigo, lleva ya años en mi familia. Si hay piezas que dan personalidad y carácter a una casa, y que además esconden tras de sí historias cargadas de significado, esas son las heredadas o las cedidas. Las que, por un motivo u otro, llegan a tus manos después de distintos recorridos y grandes periplos familiares. Éste es el caso…
Habréis notado… por su estilo, su forma, sus detalles… que es una jaula de estilo árabe. Una bonita jaula tunecina de los años 60 que una de mis tías (azafata) compró entonces en el país a un feriante que trabajaba cada pieza que vendía con sus propias manos. Ya sólo por eso, es digna de admirar.
Desde que la jaula entró en la familia ha pasado por muchas manos y estancias. Salones, dormitorios, comedores, terrazas… ¡hasta por algún que otro trastero! En las últimas fechas otro de mis tíos la rescató de aquel rincón olvidado en el que llevaba de nuevo un tiempo y… cuando la vi… ¡flechazo! Tal debió ser la cara que puse al mirarla que este tío mío, el último de sus rescatadores, no pudo hacer otra cosa que pasármela (¡bien! ahora es mi turno) y contarme por qué su hermana la hizo parte de la familia. El motivo, claro, no podía ser otro que mi abuelo, al que tanto seguimos recordando aunque ya no esté con nosotros.
Mi abuelo, del que podría contaros tantas y bonitas historias, además de ser un magnífico hombre era también algo cabezota. La mayoría de las cosas en las que se empeñaba las acababa consiguiendo, pero la que tiene que ver con esta jaula resultó la excepción. En ella, supuestamente, se tendría que haber instalado el loro que siempre se quiso traer de Santo Domingo, un país al que viajó con mi abuela y del que volvieron enamorados (del país, digo, no entre ellos que ya lo estaban y mucho). La jaula iba a ser la privilegiada casita del pajarillo para el que mi abuelo tenía sus propios planes: enseñarle a decir algunas de las frases que él mismo solía pronunciar. Algunas como «¿quién vive?» (cuando entraba en casa), «¿dónde está la señora?» (cuando preguntaba por mi abuela) o «es hora del calentito» (cuando se tomaba su café después de comer)…
En fin, que como el loro finalmente nunca entró ni en su casa, ni en la nuestra (a pesar de estar ya encargado) por imperativo de mi abuela (que es todavía más cabezota y en el momento exacto pronunció las palabras mágicas «el loro o yo») somos ahora nosotros, su descendencia, los que hemos asumido el papel que debería haber desempeñado el bicho que nunca llegó. Y, por eso, cada vez que ahora miro mi/nuestra jaula familiar sigo (y seguimos todos) soltando alguna de esas frases que tanto nos recuerdan a él, a mi abuelo.
Así termina la historia de la que, ahora, ha pasado a ser mi jaula. La jaula del NO loro. Seguro que, cuando llegue el momento, pasará a manos de otra persona de mi familia que, a su vez, cuando la contemple, seguirá oyendo a mi abuelo pronunciar sus propias historias.
Ahora os animo a que conozcáis las interesantes anécdotas de las piezas que han elegido el resto de mis compañeras:
Decora tu alma
Deliving
Énola
Estilo escandinavo
La garbatella
Harmony & Design
Home personal shopper
The juju hat
Meu canto
Petite Candela
La bici azul
Y os recuerdo que también podéis seguir #WeDeco en facebook y en twitter. ¡No os lo perdáis!
15 enero, 2014
rocioesquilas
Que historia tan genial Bea, ahora me pregunto ¿serás capaz de cumplir el sueño de tu abuelo y comprarte el loro ;)? jajaja.
La jaula es preciosa, la hermana de mi exnovio era una amante y por su cumpleaños le regalaba una jaula distinta, ella las utilizaba para decorar su habitación y hacer fotos de sus tocados y diademas, y le quedaban unos estilismo geinales.
La verdad que las jaulas tienen su encanto, yo también tengo una en casa en la entrada, pero no es tan bonita como esta 🙂
Un besito, me encantan los post wedeco <3
15 enero, 2014
Bea Atienza
Sí que tienen encanto Ro. La verdad es que las jaulas tienen ese puntito mágico. Qué voy a decir yo. Me alegra que te guste… y lo del loro… con Haskell (mi gato) no se yo como terminaría la cosa. Jejejeje.
Besos.
15 enero, 2014
Énola
La jaula me parece una pasada, es muy diferente a las que solemos ver.
Y con esa historia detrás se convierte en algo muy especial. Precioso post.
Besos
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias Laura!! Besos.
15 enero, 2014
Maria
ME encantan las jaulas! son preciosas… y esta es maravillosa!!!! ahora ya sabes! a comprarte el loro!!!!
un beso fuerte y feliz día wedeco!
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias a ti también María!! Y feliz día WeDeco.
15 enero, 2014
amaya-homepersonalshopper
qué historia tan bonita Bea!!! cómo son los abuelos, eh!
preciosa jaula y precioso rinconcito de tu salón, me ha dejado con ganas de ver más!!
un besito!!
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias Amaya!! Los abuelos… sí, ¡lo mejor! Y ok, me apunto tu petición. Otro día el salón entero. En esta ocasión no quería que nada quitase el protagonismo a la jaula. 😉 Besos.
15 enero, 2014
My Leitmotiv
Qué seríamos sin las historias que nos han dejado nuestros abuelos? La tuya es preciosa y la jaula no puede ser más bonita.
Besos.
15 enero, 2014
Bea Atienza
Muy cierto!! Los abuelos son una parte esencial de cualquiera. Al menos, como ya has visto, en mi caso. ¡Los adoro!
Gracias.
Besos.
15 enero, 2014
May Garbatella
Pero que historia más Bonita Bea, y la jaula……yo hubiese puesto la misma cara que tu al verla, más bonita no puede ser!!! Tiene un encanto especial, parece que ella sola habla y creo que lo hace, porque al verla, todos seguís recordando y hablando de tu abuelo. Me encanta.
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias May! Que comentario más cariñoso. Totalmente, es que tiene tanta personalidad esta jaula… que ya ves.. ahora en mi casa! Jejeje.
Besazos.
15 enero, 2014
PetiteCandela
Ohhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!
Qué bonita y la historia es genial. Nos gusta muchísimo el espacio que ha encontrado en tu casa. A veces hay objetos que buscan su propio hueco en decoración, no os parece????
PetiteCandela
15 enero, 2014
Bea Atienza
Totalmente chicas!! Algunos objetos encajan solos en su hueco, sin ningún esfuerzo. Totalmente de acuerdo.
Besos.
15 enero, 2014
Mª Eugenia
Que preciosidad de jaula!! si fuese pájaro no me importaría vivir ahí. Es estupendo que te hayas podido quedar con ella después de haber pasado por tantas manos y lugares. Me encanta como queda en ese rinconcito.
Un beso
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias María Eugenia!! Y lo mismo digo… si fuese pájaro… me quedaría en ella! 🙂
Besos.
15 enero, 2014
|Harmonyanddesign|
Qué lindaaaaa!!!! Me parece q está en el sitio ideal y con la personal ideal. Fantástica historia.
15 enero, 2014
Bea Atienza
Muchas gracias Noooeee!! Que maja eres..
Besos.
15 enero, 2014
CARMEN RIVAS
Me encanta tu historia. Parece mentira que una jaula, tenga tantos recuerdos y sea capaz de recordaros la voz del abuelo, que grande tenía que ser.Enhorabuena
15 enero, 2014
Bea Atienza
Lo era mucho Carmen, no te lo imaginas! Era un hombre fantástico… La verdad es que los abuelos son una pieza esencial en las familias, verdad?
Muchas gracias por tu comentario. Un beso muy fuerte.
15 enero, 2014
Mapi
Jaula e historia preciosas, ambas me han fascinado Bea!! A disfrutar por mucho tiempo de este tesoro familiar que tienes. Precioso post WeDeco. UN besito!
15 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias Mapi!!! Espero disfrutar de mi tesoro mucho tiempo más!!
Un besazo.
15 enero, 2014
Puri
Preciosa la historia y la jaula, pero es que los abuelos que seres más entrañables y cuanto nos acordamos de ellos.
15 enero, 2014
Bea Atienza
Puri! Toda la razón. Cada día, de alguna manera, nos acordamos de ellos cuando ya no están, verdad? La verdad es que son fantásticos sí.
Gracias por tu comentario. Un beso fuerte.
15 enero, 2014
Deliving by Maria Dulce
Jolin, deje mi comentario esta mañana y no se ha publiciado.
Te decía que me ha encnatado tu jaula, pero que no está vacía, es un precioso contenedor en el que se oye la voz de tu abuelo, tu abuela, el silencio del trastero… y ahora se va llenado también con tus viviencias, con tu casa…
Preciosa jaula llena de historia!!
Y que me encnata como escribes!!!!!!
un beso grande
15 enero, 2014
Bea Atienza
Mariaaaaa!! Que me has emocionado y todo, por Dios!!! Muchíiiiisimas gracias guapa, de verdad!! Y, aunque ya te lo he comentado en tu blog, soy super fan de tus trabajos. ¡Eres una pedazo de artista!
Besazo!!
15 enero, 2014
Sinae
Gracías! he visto al abuelito y todo el recorrido (como en una película)
16 enero, 2014
Bea Atienza
A vosotros! Por ser así siempre! Os quiero.
16 enero, 2014
Vero Palazzo
La jaula es preciosa, pero la historia del NO loro y tu abuelo, me encanto! un beso
16 enero, 2014
Bea Atienza
Muchas gracias Vero! Besos.
16 enero, 2014
el país de sarah
Que historia y que jaula más bonita, es estupenda!!!
http://elpaisdesarah.blogspot.com.es
16 enero, 2014
Bea Atienza
Gracias a ti también!! Besos.
16 enero, 2014
amina
ohh!!!!! No sabes el tiempo que llevo detrás de una jaulita tunecina como la tuya, cada vez que alguien va de crucero y pasa por túnez le digo,,, traéme una jaula!!!!! Y hasta el momento sigo sin ella, una pena porque iba a ser la pieza favorita de mi casa sin lugar a dudas, ya una vez en uno de tus posts la ví!!!!!!!! Bonita historia la suya.
besos guapi!
Salima
dar amïna
16 enero, 2014
Bea Atienza
Te pega un montón Salima, claro!! Qué bien que te guste. A mi me tiene fascinada. Seguro que tú también tendrás la tuya, ya verás. Y sí, en algún post del salón que hice ya la mostré, aunque no como protagonista. Buena memoria!
Besos también para ti.